LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

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martes, 8 de febrero de 2011

IN MEMORIAM

  Posiblemente fueras un vecino nuestro, desconocido en las siglas, como todos los que aparecen en el diario local, pero te has convertido en la primera víctima del despropósito, de la prepotencia estatal, de quien enarbola la bandera constitucional y que a diario pisotea los derechos de sus ciudadanos.Posiblemente te conviertas en una cifra más, de otro accidente más, pero eso será para quienes no conocen la historia del aeropuerto de Córdoba y su remodelación-ampliación o lo que es lo mismo, del cohecho y la prevaricación de nuestros gestores, o sea, dictar o acometer una obra a sabiendas de que es inútil, llevado al plano mercantilista. Habrá más victimas, pero ellos siempre culparán al conductor, nunca repararán en el barro húmedo, que, en una noche fría de invierno aguardaba con sigilo en la inmediata curva tras la chapuza de glorieta construida por nuestros ineptos gestores. Cuando me enteré de la noticia, pude deducir el modo en que perdiste la vida, porque una vez más, las piezas del rompecabezas encajan. Una carretera recién construida, sin señalizar, sin pintar el asfalto, sin señalizar el acceso para maquinaria pesada, con entrada y salida constante de camiones, dejando en el asfalto la trampa mortal, el barro húmedo que desplazó tu motocicleta, invadiendo el carril contrario. Otros tuvieron más suerte. Se salieron de la carretera, pero pudieron contarlo.Algunos reventaron sus ruedas por los baches de una carretera que no es de nadie, y de ahí no pasó la cosa. Todo esto ocurre en una ciudad de España, atragantada de europeismo, de progreso, de capitalidad cultural. Ellos son las estrellas: nosotros los estrellados. Ningún fiscal procurará justicia para ti, porque tuviste la desgracia de ser uno más, porque tú no eras un personaje importante, sólo eras un vecino que volvía a su casa tras su jornada laboral. Ellos proponen, y a la vez disponen, gracias al voto que cada cuatro años les damos, y que utilizan a su antojo y, en ocasiones como moneda de cambio.Son los mismos que ayer luchaban contra el despotismo del dictador, pero que, al llegar al poder, al igual que Saulo de Tarso vieron la luz, la luz cegadora del poder y, sin una mínima transición histórica sufrieron la metamorfosis y pasaron de proletarios a burgueses en pleno siglo XXI. Pero éste escrito es para ti, desconocido vecino.Es mi modesto homenaje y la denuncia de tu muerte, de una injusta muerte provocada por acción u omisión de quienes, para desgracia nuestra nos gobiernan.
   Descansa en paz y que tu muerte no haya sido inútil, que el culpable o los culpables algún día paguen su errático proceder.Sólo entonces creeremos que en este país existe la Justicia.

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