LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

Bienvenido al sitio. Aquí puedes exponer tus puntos de vista, desde el respeto a otras formas de pensar.Aquí no miramos ideologías ni militancias, simplemente valoramos formas de actuar de la Administración, a la que, para bien o para mal, todos estamos sujetos.



miércoles, 29 de diciembre de 2010

PLANTE A LA SOBERBIA

28 de diciembre de 2010.

Asistimos a una reunión convocada por la Federación de Asociaciones de Vecinos entre afectados y autoridades. Isabel Ambrosio, subdelegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, un representante de la Subdelegación del Gobierno, y el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña. En su turno de palabra, Andrés Ocaña centró su discurso en lo que se refiere a las ayudas en materia de limpieza, atención a familias con primera necesidad, etc., como ya ocurriera el 23/f. La subdelegada del Gobierno en Andalucía hizo lo propio, recordando las mesas recién creadas, tendentes a una mejor preparación de policía local, bomberos, etc, para, en el supuesto de una tercera riada dar más agilidad al desalojo, coordinando fuerzas y efectivos.En el turno de afectados, y a través de las diferentes intervenciones el clamor popular señalaba culpables, así como continuas y coincidentes comparaciones entre la gestión de la antigüa Confederación Hidrográfica y la flamante Agencia Andaluza del Agua.En el turno de réplica y conclusiones, Isabel Ambrosio, dándose por aludida, ya que, como ella misma reconoce, es parte de la Junta de Andalucía, alegó que los mismos cargos y responsables de la C.H. están integrados en la Agencia Andaluza del Agua. Pero se le olvidó decir que el máximo responsable, quien decide los criterios de desembalses es un político nombrado a dedo, diputado del PSOE por Málaga, sin el más mínimo conocimiento en la gestión de las competencias asumidas. Esa es la diferencia, la sutil diferencia que no aclaró. También alegó, tal vez en su afan de salir airosa, que el río ha cambiado mucho a través de los años a través de actuaciones en su cauce.Y es verdad, señora subdelegada.Lo que ocurre es que aún con esos cambios, no se había producido un desastre así desde el año 1963. Y les aseguro que desde esa fecha ha llovido incluso más que en 2009 y 2010.¿Dónde está pues su coartada? ¿Es cierto que cada ingeniero de embalse decide por sí mismo cuándo desembalsar? Sería gravísimo de ser verdad, pues la coordinación es esencial para evitar la catástrofe.Y, lo que ya colmó la indignación de los asistentes, lo provocó usted, señora subdelegada, cuando, vuelvo a repetir, sin el más minimo espíritu de autocrítica volvió a insistir en que lo sucedido es producto de las lluvias y que la Junta de Andalucía en las dos ocasiones ha actuado correctamente. Fue en ese momento cuando llevó la indignación a su punto más alto. Eso se llama soberbia y prepotencia,por lo que ya no podíamos permanecer ni un minuto más en la reunión. Hoy, 29 de diciembre, los afectados nos sentimos engañados, con el amargo sabor de una inocentada en la que todos hemos caído, pero se recoge lo que se siembra. Tenemos asumido que sufriremos una tercera, incluso una cuarta. Tenemos asumido que la Junta de Andalucía nuevamente culpará a las lluvias. Todo vale, salvo reconocer que se han equivocado.

domingo, 26 de diciembre de 2010

CONFUNDIR E INTOXICAR

11 de diciembre de 2010. Sin el más mínimo espíritu de autocrítica(textual de ABC) el Delegado de Medioambiente en Córdoba, Luis Rey, compareció con una amalgama de datos contradictorios con los publicados en la web de la Agencia Andaluza del Agua, culpando nuevamente a las lluvias de este nuevo desastre y a los arroyos no regulados. Este señor es el mismo que dijo que la Junta no garantizaba que se pueda producir una tercera riada.Al igual que su jefe máximo Juan Paniagua sigue sin dimitir. Lo propio de unos malgobernantes y sobre todo malgestores cuya preocupación principal consiste en aferrarse al cargo, haciendo suyo el refrán "dame pan y dime tonto".En su frenesí de desfachatez, la Agencia Andaluza del Agua sostiene que el desembalse de los pantanos "no solo no perjudicaron, sino que minimizaron la crecida". Es el colmo de la incongruencia, es como si dos locomotoras chocan frontalmente, y tras el accidente el máximo responsable ferroviario se despacha diciendo: "gracias a la velocidad de las máquinas, hemos conseguido amortigüar el impacto". Pero hay mas. Justifica que no se soltara más agua, porque la lluvia fue imprevisible, ya que en tres días, cayó un tercio de la media anual. O sea, la Agencia Andaluza del Agua carece de información meteorológica, ¿se guía tal vez por expertos cabañuelistas?. Eso no hay en éste país quien se lo crea.
Prosigue Luis Rey en la contradictoria rueda de prensa lanzando un aviso a los parcelistas. Dice: se podran construir defensas y mejorar el encauzamiento, pero si construyen en zonas inundables no podrán evitar que el río reclame sus escrituras. Pues bien, señor Rey, olvídese de los parcelistas. ¿Tiene algún mensaje para los habitantes de Andújar, Marmolejo, Villafranca, Alcolea, Majaneque, Palma del Río, Ecija, Lora del Río, Tocina? ¿También son parcelistas? ¿Está reconociendo tal vez en su soberbia que seguirán con su política de acaparamiento de agua? Para nada servirán los diques mientras una forma de gestionar del todo impresentable siga aplicándose. Dicho de otra forma, hace falta que salgan de una vez de donde nunca debieron ponerles, porque son un peligro, son la espada de Damocles sobre miles de familias en Andalucía.Personalmente me alegro de que las encuestas indiquen que pronto saldrán, porque sólo así la ribera del Guadalquivir respirará aliviada.

domingo, 19 de diciembre de 2010

EL PORQUÉ DE LAS TRAGEDIAS

Cuando se asumen competencias, se supone que se deben saber gestionar, pero todos sabemos cómo funciona y de qué forma se nombran a sus responsables. Ya en su nombramiento como director gerente de la Agencia Andaluza del Agua hacía presagiar a través de sus palabras que el fin de la misma sería acaparar agua, agua y más agua, a costa de lo que sea. En apenas nueve meses ha provocado la ruina de miles de familias, anegando terrenos que desde el año 1963 no habían sufrido inundaciones. ¿Es coincidencia, casualidad, mala fortuna? No. Rotundamente no. Es la consecuencia de nombrar como responsable a un político, que no entiende ni sabe de años hidrológicos, meteorología, cuencas fluviales, etc., y cuya única obsesión es garantizarse el agua por veinte años en un solo año hidrológico. Han sido dos inundaciones, señor Paniagua que, dicho sea de paso, tiene narices su apellido. Dos inundaciones en un intervalo de nueve meses. A usted no deberían haberle nombrado nunca, señor Paniagua, pero si el mal se hizo, en la primera inundación usted debería haber dimitido, pero, ya se sabe, los políticos, sobre todo los de su partido, lo aguantan todo. Si usted ha sido nefasto en la gestión, no menos lo son quienes forman parte de su equipo, sobre todo, en Córdoba, donde sus responsables presumen de tener al mayor experto en la materia. Menos mal que aquí tenemos al experto, porque si nos toca un torpe, a estas horas, desde Jaen hasta Cádiz estábamos ahogados todos.


LA EXPLICACION DE LO SUCEDIDO .


Tal vez la extinta Confederación Hidrográfica del Guadalquivir no fuera modélica en lo que se refiere a aprovechamiento, gestión y mantenimiento de los recursos hidráulicos. Tal vez. Pero lo que no se le puede negar es que en criterios de seguridad merecen la máxima calificación. Como ya dije anteriormente, el último desastre ocurrió en 1963. Usted, señor Paniagua, tiene el vergonzoso y bochornoso record de dos desastres en nueve meses, y vuelvo a repetir: sigue sin dimitir.

Tras la sequía de los años 90, el ciclo cambió.En el año 1998 llovió copiosamente, pero ningún municipio sufrió inundaciones. Y no las sufrió porque nuestros embalses se encontraban en torno a un 20% de su capacidad, por lo que no hubo desembalses. Las conclusiones son claras, señor Paniagua. Si llevamos cuatro años hidrológicos de aproximadamente 300-400 l/m2 ¿Cómo es posible que tengamos nuestros embalses con un 90% al finalizar el verano?.El criterio razonable de seguridad se establece en función de la pluviometría. Si llevamos cuatro años de abundantes precipitaciones los embalses, a la finalización del verano deben estar por debajo del 40%, para, tras el invierno recuperar su cota máxima sin peligro para la población. Esto no lo digo yo, señor Paniagua. Esto se lo dice cualquier regante de la cuenca, que sin estudios muestra más conocimiento que cualquier político nombrado a dedo. Es lo que ocurrió el 23 de febrero de 2010, y lo que ha vuelto a ocurrir el 7 de diciembre. En las dos ocasiones ha llegado el invierno con los embalses llenos. Basta con un sólo día de altas precipitaciones para provocar el desastre. La energía nuclear, demostró en Chernobil que no es posible controlarla. Lo mismo ocurre cuando toda una cuenca se deja en manos de un desconocedor absoluto en la materia. ¿Qué podemos esperar de unos gestores que, sin finalizar el invierno no garantizan que no vuelva a producirse otro desastre?.


Y VAN DOS

Resulta curioso que el máximo responsable de la Agencia Andaluza del Agua en declaraciones a la Cadena Ser dijera no hace muchos días que lo ocurrido el 23 de febrero de 2010 no volvería a producirse. Pero ha ocurrido, y sigue sin dimitir. Si esto pasa en EE.UU., a estas horas habría alguien en la cárcel, pero estamos en España, en Andalucía, donde todo puede ser posible. No puedo por menos que sentir vergüenza al contemplar qué clase de políticos nos gobiernan, cómo se nombran los cargos de responsabilidad en cuestiones que atañen a la seguridad de todos los ciudadanos, quienes nos sentimos indefensos ante los gravísimos hechos ocurridos, provocados por la incompetencia e ineptitud de sus titulares.
A lo largo de estos días iré explicando las causas de tales despropósitos, porque les aseguro que tienen explicación, la que sus responsables en contradictorias ruedas de prensa ocultan al resto de los ciudadanos.