No tengo mejor forma de explicar el modo en que Aena está llevando a cabo las demoliciones de las parcelas afectadas, por lo que intentaré explicarme de forma que me entiendan.
Lo correcto, de sentido común, sería que las demoliciones se hiciesen de una vez para no entorpecer ni perjudicar al resto de vecinos, abaratar los costes, etc. Pero no, nada de eso. Aena prefiere pagar los desplazamientos del monstruo(máquina de derribos), porque, ya se sabe, es un organismo estatal, o lo que es lo mismo, gastan pólvora del Rey, de tal manera que el monstruo visita una vez por semana una determinada calle y echa abajo una o dos viviendas. Al cabo de una semana o dos, vuelve la rutina: descargan la máquina y vuelta a empezar. Lo terriblemente doloroso es que ayer derribaron una vivienda contigüa a otra expropiada. Mis vecinos y amigos se debatían entre la impotencia y la ansiedad, ya que demolieron la vivienda colindante, sin ningún tipo de medidas de seguridad, ante un ruido ensordecedor. Es la tortura psicológica aplicada por un organismo que se supone, debe estar al servicio del ciudadano.
Me puse en contacto con una responsable de Aena, para indicarle que la maquinaria pesada no puede invadir una propiedad privada, pero rápidamente pude comprobar el desconocimiento en la materia de ésta empleada pública, ya que sin ningún tipo de argumentación me dijo: ¿Y por dónde pasan entonces?.
Quienes hayan visto la pista del aeropuerto de Córdoba, saben que a ambos lados de la pista, existen amplias franjas de seguridad y señalización, amén de una via de servicio que circunvala toda la pista. Lo digo porque, cuando hace unos años Aena ejecutó un recrecido de pista, toda la maquinaria pesada entraba y salía por la cabecera de pista. La funcionaria de Aena, parece ser que está más preocupada de los afectados que entregan las llaves que de una reforma sin traumas. Aquí cada uno va a lo suyo en esta selva. La empresa adjudicataria de las demoliciones toma el atajo de las calles descargando en el asfalto una máquina de aproximadamente 30 toneladas. Es Aena quien expropia con la inestimable ayuda del Ayuntamiento. De igual forma es Aena quien debe tener "todo controlado" y no nadar en la constante improvisación. Es obligación de Aena facilitar el acceso a la maquinaria pesada por la vía de servicio del aeropuerto. Es Aena quien no debe consentir la tortura, derribando al azar. En definitiva, si chapuza es la reforma en sí, no menos chapuceros son los integrantes de un organismo estatal que con actuaciones como ésta no hacen sino justificar su privatización, que, dicho sea de paso, espero que llegue pronto. Seguro que más de un funcionario dejará de creer que tiene un puesto para toda la vida.
Tengan la seguridad de que no descansaremos en este foro y denunciaremos cualquier tipo de atropello, seguros de que nos asiste la razón.
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