Como ya dije anteriormente, el reparto de la "ayuda-limosna" que estamos recibiendo los afectados se ha realizado a cara o cruz, y me explico:
La mayoría de viviendas que sufrimos una inundación de 1.20 metros con pérdida total de enseres y daños en paredes, puertas, etc. hemos percibido 1280 euros.
A continuación, les pongo el ejemplo contrario:
Vecino afectado con 15 cm. de inundación, 2ª residencia, ¿parado?. Ayuda recibida: 2500 euros. Pérdida ocasionada: una lavadora (dicho por el propietario).
¿Es ésta la equidad que debe primar en catástrofes? ¿Es ésta una "ayuda" a damnificados o es tal vez otra "ayuda" a parados? ¿Qué criterios sigue la Administración a la hora de fijar porcentajes?. También está el caso de otro vecino al que han denegado la ayuda, por -según la Subdelegación del Gobierno, superar un tope de renta. Sin ánimo por mi parte de demagogia, supongamos que un tren de mercancías descarrila y destruye 15 viviendas. El Estado, como responsable civil subsidiario debe indemnizar a las víctimas. Por la regla de tres descrita, los afectados que superen una determinada renta, no tienen derecho a percibir nada. ¿Es justo? A todas luces, no. La Administración debe reponer y reparar el daño ocasionado, sin entrar en criterios de renta. Todo esto ocurre porque el ciudadano de a pie, cree en su ingenuidad que se siente amparado tras las promesas del político de turno. Unos porque tienen el poder y los otros porque lo anhelan. En plena desgracia, ninguno de nosotros está preparado para un plan de actuación contra una Administración negligente. Primero viene el shock cuando contemplamos la destrucción. Después, el hacer frente a la fatalidad, el comenzar de nuevo. El panorama sería diferente, si, desde Jaen hasta Cádiz, el colectivo de damnificados hubiese actuado en los Tribunales contra la Administración, y dilucidar si el daño fue provocado por lluvias como dice la Subdelegación del Gobierno en el encabezado de las resoluciones que está enviando, o, por desembalses irresponsables propiciados por el acaparamiento de agua hasta cotas de peligro. Y, aunque peque de reiterativo, me reafirmo en todo lo expuesto.
Caudal circulante el 23/02/2010 en el Guadalquivir: 3.254 metros cúbicos.
Si la Administración lo estima oportuno, podemos echar mano de la estadística, desde la última crecida de 1962, y, de paso que nos diga a los ciudadanos cuántos embalses aliviaban agua el día de la catástrofe. Si fue por lluvia, ¿porqué ese día había el despliegue de fuerzas y cuerpos de la Seguridad del Estado, Protección Civil, etc., desde las 10.00 horas de la mañana, o, lo que es lo mismo: sabían de antelación lo que iba a ocurrir?. ¿Tal vez hubo una consigna desde "arriba" a los responsables de la Comunidad autónoma para tapar cuanto antes el desastre y de ahí ese "rosario" de promesas?. ¿Porqué la Sra. Fernandez de la Vega no paró en Córdoba, por cortesía a las autoridades locales, y se desplazó directamente a Palma del Río? ¿Porqué el Sr Pizarro, al igual que su "colega" de partido también fue directamente a Palma del Río?.
A día de hoy, señores responsables de la Administración, todavía no han contestado a estas preguntas. Siguen asentados en su soberbia, siguen diciendo que lo ocurrido el 23 de febrero de 2010 fue un desastre "OCASIONADO POR LLUVIAS".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje aquí su comentario